cultivo de amaranto





Cultivo de Amaranto

Aprende más acerca del cultivo de amaranto para iniciar un negocio rentable.

cultivo de amarantoLos granos de amaranto constituyen un alimento natural con alto valor nutritivo.

Las propiedades físico-químicas de sus proteínas permiten que la harina obtenida de su procesamiento, sea utilizada para la elaboración de productos libres de gluten, lo que le da una gran potencialidad en el mercado de alimentos nutritivos para las personas con enfermedades celíacas.

El cultivo de amaranto constituye una actividad productiva alternativa viable y rentable. Sus cualidades y propiedades nutritivas, agronómicas, industriales y económicas garantizan el éxito de la cadena nutritiva.

Aunque la pérdida de una tradición es una desventaja. El rendimiento económico del amaranto en zonas de temporal y de riego es mayor que las siembras de otras especies tradicionales, por ser un cultivo de ciclo corto, resistente a las sequías y por su alto valor nutricional. Así por ejemplo, en los últimos años, en términos de rentabilidad, el precio del mercado del grano de amaranto es superior al de otros granos (maíz $ 1500/ton.; fríjol $ 3000/ton.; trigo $900/ton.; y amaranto $3.450/ton.) con un rendimiento por hectárea de 1.00 a 2.00 ton. sin riego.

Como cultivar amaranto

Sin embargo, a más del atractivo por la utilidad que genera el amaranto, el cultivo del mismo ha promovido un desarrollo sostenible en las comunidades rurales generando inversión y creación de empleos en el campo, utilizando la tecnología artesanal disponible.

Pero ¿Qué otras particularidades identifican al cultivo de amaranto como una actividad productiva alternativa? Sus propiedades y cualidades nutricionales, agronómicas e industriales, que lo convierte en “el mejor alimento de origen vegetal para el consumo humano”, designación otorgada por la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU. en 1979.

Esta categorización se debe a la alta calidad de sus proteínas, por su perfil de aminoácidos esenciales que permiten la elaboración de una gran gama de productos terminados de buena aceptación, y por su excelente relación de costo-beneficio. Nada más perfecto. El amaranto tiene origen prehispánico de aproximadamente 4000 a.C en América Central y América del Sur, es una planta de hoja ancha, considerada "no-pasto" que produce cantidades significativas de grano de "cereal" comestible. Por esta razón, al amaranto también se lo conoce como un "pseudocereal".

Características Nutricionales del Amaranto

El amaranto es fabuloso: 17% proteínas, carbohidratos asimilables, vitaminas y minerales. El 20 % de las proteínas en las semillas de amaranto corresponden a las globulinas ricas en lisina y en aminoácidos azufrados, los cuales son esenciales para la salud, dando como resultado la combinación que cumple con los requerimientos recomendados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para una óptima nutrición humana.

De acuerdo con investigaciones que concluyeron en un reportaje del USDA “Composition of Foods”, el amaranto tiene mayor contenido de lisina, fósforo, calcio y hierro, que otros cereales comunes como el arroz, maíz, trigo, cebada avena y el centeno. Solamente la leche de vaca y la materna contienen igual o un poco más de estas sustancias nutritivas. A esto cabe sumar, que el amaranto favorece mayores niveles nutricionales para los agricultores que lo adopten como autoconsumo, en complemento a su dieta tradicional. Características agronómicas.

El amaranto se produce en un ciclo corto (150-180 días, según la especie y variedad), soporta la escasez e irregularidad de lluvias, necesita de la humedad solamente en el momento de la siembra hasta que aparezcan los retoños. Los amarantos de grano se desenvuelven bien con escasa agua, más aún, llegan a crecer mejor en condiciones secas y templadas. La cantidad total de agua requerida por el amaranto de semilla a través de su ciclo vital es de solo el 60% del agua en comparación al trigo o la cebada, por lo tanto el amaranto de semilla es un cultivo ideal para las regiones secas. Industrialización.

El amaranto es utilizado principalmente como grano, el cual se destina para siembra del cultivo y la obtención de grano reventado. Artesanalmente se han elaborado productos de poco valor agregado como alegrías, amaranto reventado, granolas y harinas. Ante esta realidad, distintos organismos gubernamentales y no gubernamentales de México y algunos países del mundo han encontrado potenciales usos industriales del amaranto: como verdura, planta de ornato, para producir grano y esquilmos, lo cual tiene aplicación en múltiples actividades y sectores, tales como en la industria de alimentos y bebidas, la química, la farmacéutica, la cosmetológica, en el sector agrícola, pecuario y en nichos específicos como el gourmet, naturista, repostería, etc.

Para citar un ejemplo, en México se ha desarrollado esquemas de agro asociaciones entre la empresa San Miguel de Proyectos Agropecuarios SPR de RS y productores del Estado de México, bajo el concepto de producto-país. Por su parte, Perú, Argentina, Kenia, Tailandia, India, China, Polonia, entre otros, han establecido programas nacionales o sectoriales para el desarrollo del cultivo del amaranto. En países industrializados Japón, Estados Unidos, Alemania el consumo del amaranto se ubica en el ramo naturista y de consumo masivo.

Ante la posible diversificación del mercado y aprovechamiento integral del cultivo de amaranto, es indispensable integrar la cadena productiva (producción primaria –transformación y mercado); definiendo objetivos, estrategias y líneas de acción entre el sector productivo, los centros de investigación y desarrollo científico-tecnológico y las autoridades federales y estatales.

Rentabilidad del Amaranto

Dadas las cualidades y propiedades nutritivas, agronómicas, industriales y económicas, el amaranto es uno de los vegetales “pseudo-cereales” más rentables del mercado, en relación a ciertos cultivos tradicionales sembrados en la parte central de México. El precio comercial del grano de amaranto, en los últimos años, es dos veces más alto que el maíz, una más que el fríjol y tres veces más que el trigo. El rendimiento por hectárea oscila entre 1.0 y 2.0 ton. (sin riego), permitiendo asegurar al campesino un aumento en la rentabilidad de la tierra en un 100 a 200%.

Este elevado precio comercial del amaranto se debe a su alto nivel proteínico (trigo 13%; maíz 7.68%; amaranto 15.54%), a sus facultades de energizante (energía cal/100g: trigo 354%; maíz 361%; amaranto 439.90%), a su resistencia a sequías (baja demanda de humedad), adaptabilidad a diversas zonas de producción, más su uso potencial y aplicaciones.

Un ejemplo pragmático de alta rentabilidad en México es el programa “Estrategias para la promoción de la producción y las exportaciones de amaranto y sus productos”, en 1997, impulsado por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y el sector productivo de la nación. La relación costo/beneficio de Producción (rentabilidad) demuestra que cumpliendo con los procesos adecuados se consiguen las metas propuestas: -costo de producción del proyecto (437.5 has) :1.917.477 -ingreso bruto venta de producción : 3.150.000 -utilidad bruta : 1.232.532.

Sin embargo, no olvidando estos valores, el nuevo agricultor que incursione en el cultivo de amaranto, debe considerar que el margen de rentabilidad que obtenga en su “primera” cosecha dependerá de ciertas características. El conocimiento y buen manejo del terreno, de los sistemas de cultivo, paquete tecnológico, demanda del mercado, aspectos culturales, son determinantes que permiten la obtención de 1.0 a 1.5 ton/ha en el primer año de "conocer" el cultivo.

De acuerdo con experiencias en diferentes regiones, estos rendimientos pueden elevarse en años subsecuentes al ir mejorando las técnicas específicas para el cultivo, el potencial de producción del terreno y la disponibilidad de recursos. Cabe mencionar, que a pesar del elevado costo de producción y menor rendimiento por hectárea de la producción del amaranto en relación a productos tradicionales, el precio mayor del grano, por ende su gran utilidad, hace que sea más atractivo para los productores.

Autoconsumo

El Cultivo del Amaranto como una actividad alternativa viable y rentable, se enmarca como un detonador económico regional que contribuye a reducir los niveles de desnutrición en los sectores más vulnerables de la población. El nuevo agricultor que incursione en esta actividad productiva, está mejorando su nivel nutricional y el de toda su familia, al adoptar como autoconsumo el amaranto y sus subproductos, en complemento a su dieta tradicional. Las cualidades nutricionales del amaranto son numerosas: - Importante balance proteico, se acerca mucho a la proteína ideal. - Alimentación humana (tortillas, tamales, atoles...) - Hojas se pueden consumir como verdura - Cultivo con gran productividad (1 planta produce: 166.715,7 granos, es decir 50.000 plantas / ha con 2.000 kg de grano por ha) - En EE.UU. se empiezan a industrializar alimentos para bebé a partir de amaranto.

Una característica que le hace “ideal” al Amaranto para consumo humano, es que produce un grano nutritivo que es muy versátil como ingrediente de comida. El grano de amaranto tiene una única proteína que es alta en lisina. Ninguno de los granos comunes contiene una cantidad adecuada de este aminoácido para satisfacer necesidades dietéticas humanas. Además, algunas personas con susceptibilidades a ciertos granos utilizan el amaranto como suplente; sin descartar la posibilidad de alergia al amaranto, en todo caso menos frecuente.

Es importante anotar que el consumo de amaranto es una tradición milenaria en Centro América. El amaranto fue un cultivo fundamental entre las civilizaciones prehispánicas del Nuevo Mundo. Su presencia data de cerca del año 4.000 a.C., en la región del valle de Tehuacán, México. Moctezuma, gobernante azteca, exigía un tributo de 40.000 toneladas de este grano a su amplio imperio. Los Aztecas lo llamaban “huauhtli”. Era utilizado para tradiciones religiosas de los antepasados, mezclando la semilla con sangre para la elaboración de ídolos como Huitzilopotchtli, los grandes sacerdotes lo usaban como fuente de fuerza e iluminación mística.

Con la llegada de los Españoles, los sacerdotes-conquistadores ordenaron la exterminación del cultivo debido a la semejanza del culto religioso del pueblo indígena con el amaranto, a la celebración de “la comunión” con la ostia. También formaba parte de la alimentación de los que realizaban labores pesadas. Eliminar al amaranto de la dieta era una forma de debilitar al pueblo azteca.

A pesar del mandato colonial, los campesinos de comunidades bien alejadas mantuvieron en estricto secreto el cultivo de amaranto, siendo este uno de sus principales alimentos, hasta la actualidad. La transformación tradicional del amaranto con fines de autoconsumo, y también comerciales se obtiene como grano reventado empleándose en la elaboración de “alegrías” y harina.

El reventado de la semilla de amaranto conlleva varios propósitos: obtener sabor, color y aromas agradables, mejorar la relación de eficiencia proteínica (PER), así como la digestibilidad y la destrucción de factores anti fisiológicos, lo que hace más nutritiva a la semilla. Además, existen para este proceso terminal tecnologías modernas de bajo costo, reduciendo mermas y optimizando los procesos productivos.

Competitividad

Hoy en día el aprovechamiento integral del cultivo de amaranto representa un potencial para convertirse en una actividad productiva competitiva dentro de los mercados nacionales e internacionales. Las características agronómicas y económicas del cultivo le enmarcan dentro de los parámetros deseados que permiten una amplitud de superficie cultivada a escala mundial, asegurando la presencia permanente del producto en el mercado. Una de sus mayores ventajas es la adaptabilidad a distintas zonas de producción y ambientes con una variación muy amplia, que van desde 300 a 2.000 mm de precipitación anual, en altitudes desde el nivel del mar hasta los 3.000 msnm y en suelos de mediana y aún baja calidad.

La precipitación anual más aceptable para el cultivo es la que oscila entre 400 a 1.000 mm. Otro coadyuvante, es su nivel de resistencia a sequías, ya que necesita una cantidad de agua equivalente al 60% del agua que necesita el trigo o la cebada; resiste a plagas y enfermedades comunes o presenta baja incidencia de éstas en los rendimientos de producción. En términos comerciales, el cultivo de amaranto representa mayor rentabilidad que cultivos de cereales tradicionales, por su mayor precio comercial.

El programa “Estrategias para la promoción y de la producción y las exportaciones de amaranto y sus productos”, estableció un costo de producción de $1.917.477, un ingreso bruto de la venta de la producción de $ 3.150.000 y una utilidad bruta de $ 1.232.532. En cuanto se refiere a la industrialización del amaranto como actividad competitiva, el desarrollo ha sido muy lento. El proceso de transformación del grano se ha realizado en su mayoría artesanalmente, lo cual ha significado crear ciertos nichos de mercado como el naturista, alimentación alternativa ( alegrías, harinas, tortillas, verduras etc.)

Sin embargo, la preocupación de muchos países del mundo, entre ellos México es desarrollar nuevos productos de consumo masivo: barras energizantes, bebidas para niño, deportistas, tercera edad. Crear nichos de mercado específicos: gourmet (verdura), light, naturista, productos orgánicos, etc. Incorporar la proteína del amaranto a productos de la industria de botanas, cereales y panificación: Barcel, Sabritas, Kellogs, Maizoro, Bimbo, Tía Rosa, Wonder, etc. Es decir, una ampliación de mercados tradicionales, masivos y especializados.

El Amaranto es una manera de diversificar su empresa de cultivo, asumiendo una ventaja competitiva dentro del mercado. Es interesante notar que la mayoría de la población del mundo se alimenta a través de sólo siete cosechas. Lo que es más, ha sido una práctica común durante los últimos 15 años para granjeros especializarse en determinadas cosechas. Las cosechas de amaranto les proporcionan a los granjeros la opción de aumentar la diversidad de cosechas, reduciendo el riesgo de insectos, enfermedades y pestes de la cizaña que se vuelven problemas serios.

Para que la industrialización del amaranto alcance sólidos niveles de competitividad en el mercado mundial es indispensable que genere aplicaciones tecnológicas múltiples. Así, proteína de alta calidad, almidones modificados, aceite comestible, aplicaciones farmacéuticas con nichos de mercados competitivos en un contexto de economía de escala.
 
Pocos intermediarios

El consumo de amaranto en México es milenario. Su cultivo ha recobrado una importancia creciente, a pesar de que casi desaparece por el dominio religioso de los españoles en territorio azteca, por considerarla una planta pagana. Es así que se emite un mandato en el que se prohíbe el cultivo de amaranto so pena de crueles castigos. Sin embargo, a pesar de que parecía que la producción de amaranto había desaparecido por siglos, los campesinos venían cultivando a escalas pequeñas este vegetal de manera secreta, perpetuando la especie en su región hasta la actualidad.

En este marco cultural-histórico surge el amaranto en las últimas décadas, con un retardo comercial, de rendimiento e industrialización, debido a su tratamiento de producción en pequeñas parcelas por siglos, sumándose a esto la poca investigación tecnológica. Esta situación puede ser catalogada como una desventaja a nivel productivo, comercial e industrial para la producción del amaranto, identificándose como un mercado poco desarrollado, conociéndose con precisión la oferta y la demanda.

Sin embargo, hay un beneficio: la relación directa entre el productor y el transformador del amaranto, casi evitando por completo a los intermediarios. Hecho que no sucede en la comercialización de la gran mayoría de cultivos tradicionales, que encarecen y maltratan el producto. Por consecuencia y es deducible que tanto el productor y transformador tienen mejores ingresos por su trabajo, y por lo tanto, el consumir recibe también un precio justo. Aunque las utilidades nutricionales y económicas son altas, debe de considerarse que el amaranto es un grano que no es de consumo masivo, por lo que una vez obtenido el grano lo más probable es que, en un inicio, sea difícil encontrar un mercado potencial para el mismo.

Ante esto se sugiere que el productor del cultivo sea el mismo que comercialice ya terminado el producto (harina, alegrías, pan, etc.). Esta puede ser una buena forma de entrar al mercado, sin intermediarios, con un margen de ganancia directo y completo, creando un potencial nicho de consumo.

Biodiversidad

El amaranto pertenece a la familia Amaranthacea. El género Amaranthus está compuesto por 50 especies, pero después de varios estudios se ha llegado a la conclusión de que las especies de semilla comestible se reducen a: Amaranthus hypochondriacus, Amaranthus caudatus y Amaranthus cruentus.

De las tres especies anteriores, solo Amaranthus cruentus y Amaranthus hypochondriacus se cultivan en México y Amarantus caudatus en Sudamérica. Este vegetal es eficiente en su proceso fotosintético, ya que es una planta C4, mecanismo de fijación de carbono que supera en eficiencia al resto de las plantas CAM y C3. Las plantas con ruta C4 crecen, en general, más rápidamente y responden bajo condiciones ambientales adversas.

Hacen uso más eficiente del agua consumida para formar biomasa, en comparación con las plantas C3. (National Research Council, 1984 en Flores Maribel, 1994). Las semillas de amaranto son pequeñas y en forma lenticulares, cada semilla promedia 1.0-1.5 mm en el diámetro y 1.000 semillas que pesan 0.6-1.2 g. Dadas sus condiciones agronómicas, el amaranto se caracteriza por ser un cultivo de ciclo corto, tolerante a la sequía, resistente a plagas y enfermedades o bien de baja incidencia de éstas en los rendimientos de la producción.

Se siembra en zonas de temporal y de riego, preferentemente. Con un alto valor nutritivo y con múltiples usos y formas de aprovechamiento es considerado un cultivo de alternativo. El cultivo de amaranto se realiza en muchos países del mundo. Principalmente en zonas templadas, tropicales y subtropicales, desarrollándose en ambientes con una variación muy amplia, que va desde 300 a 2.000 mm de precipitación anual, en altitudes desde el nivel del mar hasta los 3000 msnm y en suelos de mediana y aún baja calidad. Precipitación anual aceptable: entre 400 a 1.000 mm.

Por su fácil adaptación a climas, suelos y alturas, la diversificación de la producción del amaranto ha visto cierto desarrollo. Así por ejemplo, muchas especies de amaranto crecen como verduras a lo largo de los trópicos y Asia Oriental, aunque sólo el A. tricolor ha sido extensivamente cultivado, principalmente en China del sur. A. cruentus se usa como una verdura frondosa africana pero realmente es un amaranto de grano que probablemente se introdujo de Centroamérica. También es una hierba de olla popular (Martin y Telek, 1979), mientras que A. caudatus, A. gracilis, A. graecizans, y A. spinosus son comidas nativas en Mozambique. En el continente americano el cultivo de amaranto es significativo.

Desde Canadá hasta Argentina se registran siembras de esta planta. México es productor por excelencia y está impulsando al amaranto y sus subproductos, bajo el concepto de “producto-país”. El Perú, considerado como uno de los grandes productores de este “pseudo-cereal”, ha cultivado un total de 7.300 tn. en 1998 en los valles interandinos, a una altura de 3.000 y 4.000 m.s.n.m. Al igual que los Estados Unidos y Canadá han desarrollado el cultivo de amaranto tanto para fines de investigación y comerciales.

Se estima que en Canadá se han llegado a sembrar hasta 150 hectáreas de este cultivo.

Cultivo Asociado

Distintas comunidades indígenas y productoras del país han desarrollado sistemas de producción del cultivo de amaranto asociadas con maíz y fríjol, principalmente; gracias a sus condiciones agronómicas. Técnicas realizadas especialmente para mejorar el control en el manejo de las parcelas que previene la polinización cruzada entre variedades, y segundo, para obtener mayor valor de su producción.

El amaranto crecido para la producción de la semilla requiere un tipo diferente de dirección que el amaranto cultivado para grano. Es importante prevenir la polinización cruzada entre variedades, el amaranto crecido para las necesidades de la semilla es aislado de otros cultivos de amaranto. Una buena medida puede ser plantar tiras de maíz entre las líneas de amaranto para minimizar el movimiento de polen entre las líneas.

En Guatemala, el cultivo de amaranto se siembra principalmente en parcelas familiares asociadas al maíz. La cantidad de nitrógeno soltada depende del tipo de tierra, humedad, temperatura, y otros factores. El nitrógeno también puede ser proporcionado por estiércol o legumbres que son parte de la rotación.

Conserva valor comercial

Por sus cualidades nutricionales, agronómicas y económicas el amaranto conserva su valor de mercado, tanto en la temporada de Primavera-Invierno (P.V) como en el período de producción de noviembre a enero.

Es decir, durante todo su ciclo (150 a 180 días, dependiendo de la especie y variedad). “En los períodos de producción, noviembre a enero, el kilogramo de amaranto se llega a cotizar entre 3.50 y 5.5 pesos M.N., puesto en el campo”. En tanto, que en la temporada de los meses de junio-agosto, este puede llegar hasta los 22.00 pesos M.N. El valor comercial del amaranto siempre ha sido alto, en relación a granos tradicionales. El valor del grano varía, pero en promedio es el doble del precio comercial del fríjol (aprox. entre $30 y $40.00 kg de amaranto en Querétaro).

La barra de alegría de 10x15cm costaba $ 4.00 y en tiendas naturistas ¼ de kg de amaranto reventado equivalía a $ 9.50, es decir, $ 38.00 kg. Es necesario resaltar que en un huerto se pueden realizar varias siembras durante el año, programando diversas épocas de cosecha de grano o de corte de follaje como verdura, lo cual agrega un mayor margen de ganancia, por el nivel de rendimiento duplicado.

Almacena bien

El grano de amaranto es una pequeña semilla, cuyo diámetro varía entre 0.9 y 1.7 milímetros. El peso de mil semillas equivale a 0.6 g. aproximadamente. La producción estimada en las zonas productoras de México, en Tulyehualco, en el Distrito Federal, con el sistema de trasplante se obtienen de 1000 a 2000 kg./ha., en San Miguel del Milagro, Tlaxcala, Huauquechula, Puebla, Huazulco, Amilcingo, Morelos, obtienen un rendimiento de 1.800 a 2.000 kg./ha., bajo condiciones de temporal (Espitia, 1986) g. En condiciones de riego la producción de grano es de 1.000 a 4.000 kg/ha.

Luego de la siega y trilla, se recomienda, ciertas prácticas de manejo post cosecha para evitar pérdidas innecesarias del producto cosechado o el deterioro prematuro de la calidad del grano. Así, cuando está limpio el grano, es necesario secarlo antes de almacenarlo, para evitar la fermentación, la fórmula de mohos, el ataque de insectos y el desarrollo de sabores extraños por la humedad. Esto se realiza particularmente en zonas donde al cosechar la humedad ambiental es todavía alta o el follaje de la planta aún no se seca, en épocas lluviosas.

El secado se hace directamente al sol o con secadoras artificiales. Los expertos recomiendan, que aunque el amaranto no requiere ningún tipo de secado por algunos años, es necesario que el agricultor prevea algún tipo de método inmediato para secar si se requiriera. En tal razón sugieren “no plante amaranto a menos que usted se prepare para secar el grano”.

Antes de proceder al almacenamiento, es necesario realizar una clasificación del grano, para lo cual, se puede usar un tamiz de 2 mm de diámetro para separar impurezas grandes y un tamiz de 1,1 mm de diámetro para separar el grano de primera calidad, de los granos más finos y polvo que quedarían como subproductos de segunda calidad. El agricultor, a más de tener un precio mas rentable por el grano de primera calidad, con la clasificación de los mismos, evita que las impurezas y el polvo deterioren el grano.

En el proceso de almacenamiento se debe prever ciertas seguridades que eviten el ataque de insectos, roedores, o la rehidratación del grano por la humedad. La humedad más recomendable para almacenar la semilla es de 10 a 12 por ciento, lo cual se logra secándola al sol durante dos a tres días. El grano almacenado libre de plagas y enfermedades conserva su potencial nutritivo, entre los 5 y 7 años si se mantiene en un lugar seco, fresco y ventilado. Incluso puede ser utilizado como simiente o para elaborar productos industrializados.

La superficie dedicada al amaranto

La superficie destinada al cultivo de amaranto en México se encuentra poco desarrollada.

El promedio estimado de superficie sembrada se halla entre las 1.000 y 1.300 ha, de baja consideración comparada con superficies cultivadas de los productos tradicionales. Puebla es el estado mexicano que cuenta con la mayor superficie cultivada de amaranto, con un promedio de 793 hectáreas. Asimismo, esta superficie se ha venido incrementando notablemente, al pasar de 230 a 751 Has. de 1994 a 1999, respectivamente. No obstante Puebla grafica uno de los principales problemas con que se enfrenta el cultivo de amaranto.

A pesar de ser el ser productor mas importante de amaranto en México, es la entidad que presenta menor rendimiento que va de los 818 a los 1668 kilogramos de amaranto por hectárea, por las condiciones del temporal. El rendimiento promedio del cultivo de amaranto en este sector es de 1.033 Kgs/Ha. Esta contradicción económica se genera principalmente por: a)

En zonas de temporal prevalece el minifundio, menor a cinco hectáreas, constituyendo el 85% del total de unidades de producción agrícola, de acuerdo con la última información disponible correspondiente al VII Censo Agrícola-Ganadero en México. b) La falta de riego. c) La escasa tecnología incorporada a los procesos de producción y el restringido acceso al crédito oportuno y barato. En el ciclo agrícola 1996-1997, de la superficie total cosechada solamente el 15 por ciento utilizó semilla mejorada.

Intensivo en mano de obra

La forma tradicional de cosechar el grano de amaranto consiste en cortar las panojas, ponerlas a secar durante dos o tres días al sol sobre una manta o superficie de cemento, y posteriormente trillarlas, golpeándolas con varas o pisoteándolas con animales; la semilla se limpia venteándola. Este tipo de producción tiene un requerimiento elevado de mano de obra para los deshierbes, aclareo y cosecha, elevando considerablemente los costos del cultivo.

De acuerdo con los costos del paquete tecnológico para el cultivo de amaranto, desarrollado en 1999 para la zona centro de México, el 34% del costo total corresponde a pago por concepto de jornales; el 27% a la utilización de maquinaría (barbechos, rastras, trilla, etc.) en las labores del cultivo; el 15% al costo de la renta del terreno, considerando en costo promedio de mil pesos por hectárea; el 13% a los insumos (semillas, fertilizantes, etc.) y; el 12% a servicios diversos (seguro agrícola, fletes, etc.).

Los datos estadísticos mencionados demuestran que la tercera parte del costo total de producción corresponde a un único rubro, mano de obra, cada vez más escasa. A esto se adjunta, que varios cultivadores pagan tripulaciones migratorias para desyerbar a mano un huerto en sus campos de amaranto, para evitar contaminar su grano con semillas de la cizaña, encareciendo la producción.

Un problema que puede surgir entre los jornaleros es que la inhalación de polvo de amaranto directa por la manipulación del mismo, debe minimizarse con el uso máscaras, para evitar que la exposición repetida, pueda llevar a problemas de alergia. Con el afán de reducir el costo del paquete tecnológico, se puede sustituir gran parte de la cosecha manual por una cosecha mecánica.

Para esto, puede utilizarse una trilladora estacionaria, donde se necesita mano de obra para cortar y alimentar la máquina. Cabe señalar que la semilla no queda completamente limpia, por lo cual se deben separar basura y restos de la planta.

Mercado poco diversificado

En los últimos años, el alto valor nutritivo de la semilla del amaranto ha despertado gran interés por su cultivo en varias partes del mundo. Dadas sus cualidades proteínicas, agronómicas, económicas e industriales.

El amaranto tiene un potencial de usos y aplicaciones importantes. Puede ser aprovechado como verdura, planta de ornato, para producir grano y esquilmos, lo cual puede aprovecharse en múltiples actividades y sectores, cono en la industria de alimentos y bebidas, la química, la farmacéutica, la cosmetológica, en el sector agrícola, pecuario y en nichos específicos como es el gourmet, naturista, repostería, etc. Tradicionalmente, el amaranto ha sido utilizado de manera artesanal, principalmente como grano para la producción de simientes y la obtención de grano reventado, utilizándose en harinas, alegría, tortillas, granolas, etc. (cerca de 20 o 25 empresas existentes en México trabajan sobre este tipo de transformación tradicional).

Esta poca diversificación comercial se debe principalmente a la desintegración de la cadena productiva (producción primaria-transformación-mercado) que no avizora los mercados nacionales e internacionales, (de la producción total de amaranto en México, solamente el 8% se exporta). Además, otro causal comprende la falta de datos experimentales suficientes, que generen tecnologías apropiadas.

A pesar de la poca producción artesanal y del poco valor agregado con que se elabora el amaranto, en la actualidad, el potencial cualitativo de esta planta genera procesos industrializados de transformación, donde se ven ciertos productos de mayor proyección. Sobre la base de su grueso dietético es que se viene desarrollando estudios para optimizar las cualidades nutricionales y transformar en productos terminados, que mejoren la calidad de vida de la población y lo conviertan en un opción agropecuaria e industrial. “Se han desarrollado por ejemplo, técnicas para extraer concentrados proteínicos de alto valor que pueden ser usados en la elaboración de diversos alimentos para elevar su valor nutritivo.

Estos concentrados pueden sustituir la proteína de la soya que se utiliza en la elaboración de muchos productos que hoy en día ya son populares. Un uso novedoso que se ha dado a estos extractos es en la elaboración de mayonesas y aderezos "light": aprovechando las características aglutinantes del grano se sustituye la grasa que comúnmente contienen dichos aderezos por el extracto proteínico de amaranto, que da la consistencia a este producto. Otro producto que se encuentra en desarrollo es una bebida de amaranto a la que, por sus propiedades nutritivas semejantes a las de la leche, la llaman "leche de amaranto". Esta bebida representa una opción viable y más económica para personas que presentan intolerancia a la lactosa.

Promover su consumo, sobre todo entre la población infantil ayudaría a elevar el nivel nutricional de la población, especialmente de escasos recursos. En este impulso a la industrialización del amaranto no sólo se ha puesto atención al grano, ya que también las hojas pueden ser aprovechadas. Otro proyecto dirigido por el Dr. Soriano es el desarrollo de una bebida de fibra dietética y laxante a partir de las hojas de amaranto.

Curva de aprendizaje

Las zonas de producción y cultivo de amaranto son las mismas de la época precolombina.

El Amaranthus Spp se originó en México, Centro América y Sudamérica. Puebla es el mayor productor de amaranto en México con el 51 por ciento de la producción nacional. Le sigue Morales, Tlaxcala, el Distrito Federal, estado de México y Guanajuato con el 22, 18, 9, 6 y 2 por ciento respectivamente. En 1998, el rendimiento nacional promedio de la producción de amaranto fue del 1.128 Kgs/ha. Tlaxcala es el estado que mayormente rinde en la producción de amaranto con 1.590 Kgs/ha, seguido de México con 1.100 Kgs/ha; Distrito Federal 1000 Kgs/ha, Morelos con 979 Kgs/ha y Puebla el de menor rendimiento: 959 Kgs/ha.

Estos datos generales servirán de ubicación geográfica-económica para identificar las principales zonas de producción y rendimiento, para el nuevo agricultor que quiera incursionar en la producción del amaranto. El promedio de producción de amaranto por superficie cultivada para el productor con experiencia en el cultivo es de 1.5 y 2.0 ton/ha. A los nuevos agricultores se les recomienda que experimenten con amaranto en una balanza pequeña, limitando su extensión en 25 acres o menos.

Cuidando la cosecha y desarrollando avenidas del mercado para su cosecha. Espere extender su extensión en acres de amaranto hasta que usted haya desarrollado sus técnicas de producción y un mercado para su cosecha. Lo más importante es el grado de conocimiento que el productor tiene del terreno donde planea sembrar, la profundidad del suelo agrícola, la pedregosidad, desniveles, sectores susceptibles a inundación, salinidad, formación de terrones y encostramiento, proliferación de maleza, etc. con el fin de considerar acciones para corregir tales circunstancias. Sobretodo con respecto a la siembra, y al control de la maleza.

La semilla de amaranto con la que se incursione en la producción, tiene que ser certificada, de alta calidad. El momento de sembrar es al inicio de la época de lluvias, para lograr la cosecha antes de la ocurrencia de heladas en los sitios que se presentan. Por lo general, las mejores fechas son entre el 15 de Mayo y el 30 de Junio. Deberá sembrarse cuando el suelo esté bien húmedo.

Si se siembra en seco se corre el peligro de encostramiento de la superficie del terreno y como consecuencia fallas considerables en la emergencia. Sin embargo, la decisión debe ser tomada por el agricultor de acuerdo con las características especificas de su terreno, disponibilidad de maquinaria y de agua para el riego. La profundidad de siembra es sumamente importante, los mejores resultados se obtienen cuando se siembra de 1 a 2 cm de la superficie del suelo.

Si la profundidad es mayor se tienen problemas y la emergencia es muy irregular. Además, para lograr una adecuada uniformidad, se debe procurar que la profundidad de siembra sea la misma en todo el terreno. Asimismo, se han obtenido muy buenos resultados cuando se siembra sin cubrir la semilla, pero con la seguridad de tener buena humedad en el suelo o de que lloverá a más tardar en uno o dos días. Después del establecimiento del cultivo, lo más importante es el control de las malas hierbas.

Hasta la fecha no existe un herbicida selectivo para el amaranto, por lo que el control debe ser mecánico y manual. Para lograr esto son necesarios dos cultivos o escardas, el primero cuando la planta tenga de 10-20 cm de altura, y el segundo a los 40 ó 50 cm de altura, los cuales deben ser aplicados con mucha precisión. Por lo general, no se logra eliminar completamente la maleza con las escardas, es necesario realizar uno o dos deshierbes a mano, con azadón. Es importante resaltar que se debe poner especial cuidado con la maleza en las primeras etapas de crecimiento, ya que el amaranto crece muy lento durante el primer mes. La incidencia de plagas y enfermedades puede disminuirse mediante la rotación de cultivos.

El control químico se deberá utilizar sólo en casos de ataques muy fuertes, con Paratión Metílico 50% u otro insecticida de bajo precio. La cosecha se debe realizar cuando las plantas se presentan de color pardo amarillento. En todo caso, la variedad presenta cierta dehiscencia en la base de las panojas y los granos, se tornan de aspecto harinoso, cuando han llegado a la madurez de la cosecha

En condiciones regulares de terreno y de los fenómenos climáticos que ocurran durante el año, así como con el empleo de los aspectos tecnológicos mencionados, es posible la obtención de 1.5 a 2.0 ton/ha en el primer año de "conocer" el cultivo. De acuerdo con las experiencias en diferentes regiones, estos rendimientos pueden elevarse en años subsecuentes al ir mejorando las técnicas específicas para el cultivo, y se puede esperar de 2.0 a 2.5 ton/ha, según el potencial de producción del terreno y la disponibilidad de recursos.

La forma tradicional de cosechar consiste en cortar las panojas, ponerlas a secar durante dos o tres días al sol sobre una manta o superficie de cemento, y posteriormente trillarlas, golpeándolas con varas o pisoteándolas con animales. La semilla se limpia venteándola y después se pasa por cribas. Requiere equipamiento para optimizar la producción La tradicional producción artesanal en México de amaranto ha propiciado el escaso desarrollo tecnológico de equipos, maquinarias y tecnificación de procesos que mejoren el nivel productivo del amaranto.

Hasta ahora, las 35 industrias existentes de transformación de amaranto dedican su producción al aprovechamiento tradicional de la planta, como semilla y grano reventado que sirven para la elaboración de alegrías, harinas, tortillas. Bajo esta referencia, en México existen dos sistemas principales para el cultivo de amaranto: el de siembra directa, utilizado en los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala y el de trasplante, usado en las zonas del Distrito Federal.

El sistema de siembra directa puede adoptar dos modalidades: la primera se puede realizar la siembra en surcos, de 5 cm de profundidad y separados a 60-70 cm. Las semillas se van depositando en forma de chorro continuo dentro y a lo largo del surco; la segunda modalidad, donde se siembra en grupos separados o golpes a 20 cm y se puede depositar de 10-20 semillas por cada golpe y en ambos casos, luego se procede a tapar las semillas a una profundidad aproximada de 2 cm. Trasplante para realizar este sistema de siembra, primero se procede a sembrar las semillas en las camas del almácigo, donde se las mantiene hasta que alcanzan una altura entre 15 a 20 cm.

Posteriormente serán trasplantadas al terreno definitivo, donde previamente se han abierto surcos a una distancia de 70-100 cm entre sí y a una profundidad de 30 cm, aproximadamente se pone de 3-6 plántulas cada 60 cm en los surcos, luego se las cubre de tierra y se compacta alrededor de ellas. Para un óptimo desarrollo de la cadena productiva del amaranto es necesario impulsar la utilización de equipos, maquinarias y sistemas de tecnificación. La variedad mejorada de amaranto en todas las etapas productivas, así como programas de planeación y capacitación en las técnicas de pre-siembra, siembra, manejo del cultivo y cosecha, y la capacitación en el uso de los subproductos de cosecha mejora el nivel competitivo en el mercado.

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